Pasiva esperando el eco de tu sentir,
El cómplice viento,
Silva mi aliento entre tus oídos cerrados,
Está muriendo la palabra,
Y tu boca calla,
Nace el silencio,
Fallece la voz del,
Te amo perdido.
Maduran los brazos,
Crecen en las manos las huellas,
Ancladas del cuerpo a cuerpo, l
Los gemidos ahogados,
Olvidados en los sismos,
De los encuentros donde,
Antes existió poesía
¡Malditas sílabas!
Que desgarran mi nombre,
No deseo sacrificios,
No quiero secretos,
De engaños sugeridos y crecidos.
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Abigahil Angeles Silva Enero 2011
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