óleo Juan Carlos Manjarrez
Mi pudor,
en veces era un papel
que el ansiaba arrugar.
-Lucha inútil, siempre pensaba-
Hacia falta algo más que,
ansiedad o deseo.
En ocasiones mi pudor
era un mar,
que le apetecía domar su oleaje.
Por lapsos se adornaba,
de un aroma virginal y prohibido.
Su reto,
provocar el sacrilegio
y robarle el virgo a mi pudor.
Infinidad de lunas,
cuando nos mirábamos
temerosos
sólos
y al final,
de nuestra sonrisa de complicidad.
Llegaba el invitado de honor
otorgaba,
el beso cálido prometiendo un espera
y el oasis en mi núcleo.
Y decía
- Sin emitir sonido,
pero su voz,
la tranquilidad que siempre me acompaña-
Lo que el,
ignora
que las estrategias en nosotros,
son vanas,
no hay lucha,
nada que conquistar.
Su arrogancia, le ciega.
Tan simple,
como cautivarme,
despertar en mi la admiración,
seducirme.
- Mi mente, ha expresado-
Más agregó:
Ni imagina que si toca mi mente,
mis atuendos se deslizan solos.
Mi pudor,
se transforma
en pasión e irreverencia.
Pero,
eso
El,
...no lo sabe.
Abigahil Ángeles Silva ®.
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