Desfallecida en la silla de mi soledad,
dispuesta a imaginarte,
pensarte,
olerte,
ahí,
en el obscuro silencio.
Vestida con el color
y
dolor de mis deseos,
un día
fui a encontrar la felicidad
en los pretextos de la tarde,
entre cada esquina de la vida
estaba el,
le miré
como sólo una pecadora mira a su santo,
llena de valor y pavor
- que se respiraba a mi paso-
me acerque
y
susurrando le sollocé:
Eres tu mi reto,
y
mi reto es
construir con mi cuerpo
palabras sin letras
lenguajes sin voz
inventar
con mi boca un lenguaje
por sobre todo tu cuerpo.
Abigahil Ángeles Silva ®.
Que bellos poemas!!. Auténtico romanticismo...Pasión!!! Gracias!!!!
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