Hoy me sorprendió una dulce cobija
se señia en mi torso como si está fuese una segunda piel,
y sin más nada me estrangula
cual boa en mi tronco
-Ya sin respiración-
Veo, que es eso
que mis ancentros
llamaban:
Soledad.
Una dulce soledad,
con un poder igual que el amor
me hace arrastrar los pies
esposa mis manos a un armes
aferrándose cada vez más
a los secretos de mi infancia.
Y es ahí,
dónde me tienes presa
sola,
amandote,
envuelta en mi cobija
y mi dulce soledad.
Abigahil Ángeles Silva ®.
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