¡Callar, callar!
Silencio, callar por favor.
Que las cuerdas de los violines pierdan su sonido.
Que de esa guitarra no se escuche su melodía.
Que no se entere
que el no escuche.
Que nadie oiga
a mi corazón bramar de dolor
que no tenga vida la risa de la nostalgia
que emanan, por tu partida.
Que no perciba a mi alma gemir,
por esperarte
por amarte
… todavía.
Abigail Ángeles Silva ®
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